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El mundo del vino puede cambiar más rápido de lo que piensa. Alentado por la política turbulenta, 2018 estuvo plagado de guerras comerciales, la inestabilidad actual del brexit y más eventos climáticos caóticos impulsados por el cambio climático. Todo esto convirtió a algunos en ganadores -y a otros en perdedores- en las regiones vinícolas de muchas partes del mundo.

El redescubrimiento de viñedos viejos y abandonados y la adopción de variedades olvidadas continuarán alimentando nuestra voraz sed de gustos más allá de los clásicos, y pueden revelar formas útiles de adaptarse al cambio climático.

Chile, por ejemplo, está trabajando para rescatar los antiguos viñedos plantados por exploradores españoles hace siglos, así como para resucitar viejas técnicas de vinificación.

Con la legalización de la marihuana en California, Canadá y en otras partes en 2018, las mezclas de vino y cannabis están apareciendo.

Algunas bodegas, como la famosa familia Catena en Argentina, ven una solución para plantar viñedos a altitudes mucho más extremas por el cambio climático.

Una bodega nueva, muy animada, Pinard & Filles, se encuentra en la helada ciudad de Québec, y algunas de las cosechas de la bodega, defendidas por los aficionados al vino natural, ahora están disponibles en Estados Unidos.

El impulso hacia la salud y el bienestar está haciendo del veganismo una de las tendencias de consumo con mayor crecimiento, ya que las ventas de alimentos exclusivos del planeta aumentaron un 20%, a 3 mil 300 millones en 2018 en Estados Unidos.